Alexandre Marius Jacob nació el 29 de septiembre de 1879 en Marsella. Junto a otros compañeros anarquistas, entre ellos su propia madre, diseñó y puso en práctica una de las redes de «robo científico» más asombrosas del siglo pasado. Detenido en 1905, fue condenado a trabajos forzados a perpetuidad en el penal de la Guyana, condena que pudo eludir en parte, y regresar a Francia en 1928 gracias a la acción de sus compañeros y de otras personalidades. Ya más relajado, vivió trabajando como vendedor ambulante de telas, pero sin apartarse de sus afinidades anarquistas.
Aunque no se tienen pruebas que lo verifiquen, se cree que en 1936 estuvo intentando ayudar a sus amigos en Barcelona. Lo que aconteció en la vida de Jacob, tanto en este periodo, como el posterior de la ocupación nazi de Francia, sigue siendo un misterio. Jacob se suicidó el 28 de agosto de 1954 en Bois-Saint-Denis, donde residía. Pocos días antes de quitarse la vida, dirigió a sus amigos estas últimas palabras: «Os dejo sin desesperación, con la sonrisa en los labios y la paz en el corazón. Sois demasiado jóvenes para poder apreciar el placer que proporciona irse gozando de excelente salud, burlándose de todas las enfermedades que acechan a la vejez. Allá están todas estas asquerosas reunidas, listas para devorarme. Pero voy a defraudarlas. Yo he vivido y ya puedo morir».