De Bao Jingyan (siglo III) apenas sabemos nada. No nos quedan de él más que unas pocas páginas milagrosamente preservadas por Ge Hong. Esa oscuridad es elocuente, desde luego; nos indica que ese hombre no pretendió ningún puesto oficial y que vivió prácticamente ignorado por todos. Aunque cabe preguntarse si no será un seudónimo de Ge Hong, una estratagema para exponer tesis tan incendiarias sin asumir demasiados riegos.