Niña de alcurnia, Teresa Wilms Montt nació en Viña del Mar en 1893. Lectora prematura, trilingüe, a los diecisiete años contrajo matrimonio sin el consentimiento de sus padres con Gustavo Balmaceda Valdés, quien la acusó de adulterio, por lo que fue apartada de sus hijas y recluida en el convento de la Preciosa Sangre en Santiago, donde escribió una parte sustancial de estos diarios. Tras un intento de suicidio en 1916, logró escapar a Buenos Aires con el poeta Vicente Huidobro y posteriormente recaló en Nueva York, para después viajar a Barcelona, París y Madrid, lugares donde participó de la vida bohemia. Publicó cinco libros en un período de tres años —Inquietudes sentimentales(1917), Los tres cantos (1917), En la quietud del mármol (1918), Anuarí(1918) y Cuentos para los hombres que son todavía niños (1919)— y obtuvo el reconocimiento de los círculos intelectuales bonaerenses y españoles. En Europa tuvo relación con artistas como André Breton, Paul Éluard, Max Ernst, Ramón Gómez de la Serna, Azorín, Jacinto Benavente, Julio Romero de Torres —quien la retrató—, Enrique Gómez Carrillo o Ramón del Valle-Inclán. Adicta a los somníferos, encontró la muerte en un frasquito de Veronal en París, a la edad de veintiocho años. La editorial Nascimento publicó póstumamente una antología de su obra: Lo que no se ha dicho (1922).