Jorge Palomo Durán (Madrid, 1885-Logroño, 1942).
Nacido en Madrid en el seno de una familia acomodada de origen andaluz, Jorge Palomo Durán se convirtió en ingeniero de caminos, canales y puertos en la promoción de 1908, profesión que ejerció sin interrupción durante más de tres décadas en diversos lugares de España.
De carácter curioso, emprendedor y extrovertido, se embarcó en toda suerte de aventuras sociales y culturales. Fue director teatral, cantante aficionado, impulsor de organizaciones como el Club Rotario, la Sociedad de Conciertos de Logroño, el Ateneo Riojano o el Aero Club Popular de Logroño, incansable viajero, conductor apasionado, melómano, coleccionista de pipas y cultivó hasta doscientas variedades de rosas en su jardín. Pero hoy le recordamos, sobre todo, por su escondido talento fotográfico. Aficionado a la fotografía desde la juventud, Palomo disparó a lo largo de su vida varios miles de fotografías memorables. Unas instantáneas, desconocidas hasta ahora, de sorprendente modernidad que revelan un gran dominio de la luz y un ojo clarividente para el enfoque y que le reservan un espacio entre los mejores fotógrafos de su época. Director de Obras del Puerto de Melilla al comienzo de la guerra civil española, Jorge Palomo fue acusado de masón y encarcelado por el ejército rebelde en el campo de concentración de Zeluán. Ochenta días después, hundido física y psíquicamente, fue rehabilitado y nombrado jefe de Obras Públicas de Granada, puesto que ocupó hasta 1942. Ese año, pese a la falta de indicios, el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo reabrió la causa contra él y fue suspendido de empleo y sueldo. Refugiado en su casa y su familia, Jorge Palomo Durán fue fulminado por un infarto de miocardio en su chalé de Logroño. Era el 5 de agosto de 1942, ese mismo día, ante la falta de pruebas, el Ministerio de Obras Públicas había ordenado que se le pagaran los sueldos retenidos. Él no llegó a saberlo.