Pepitas de calabaza Una editorial con menos proyección que un cinexin

Cinta negra es una parodia tremendamente divertida sobre el mundo de la gran empresa y el ascenso social. Un croquis de cómo algunas corporaciones impulsan en su seno estructuras de secta en las que el acceso a lo más alto de la cadena de mando es sinónimo del ascenso a los cielos. La cinta negra —o cinturón negro como se dice en España— es el máximo reconocimiento profesional al que se puede aspirar en Soluciones, una empresa moderna como la que más, que se dedica a solucionear soluciones por encargo. Toda una dedicación —un servicio en alza— en esta época de inventiva sin límite. Los personajes que cobran vida en Cinta negra—moldeados con la arena de un mundo de despiadada competición profesional y emocional, repletos de carencias afectivas— y las situaciones en las que desarrollan sus capacidades —los métodos de trabajo de Soluciones, el taller de amaestramiento de pobres por medio del arte, etc.— tejen una historia lúcida, ágil e irónica que disecciona con gran tiento el mundo empresarial y la vida cotidiana.

Si con su primera novela —La suma de los ceros, editada por esta misma casa editorial (y por surplus); y ya traducida a francés, inglés y alemán— Eduardo Rabasa dejó claras sus grandes habilidades como escritor, Cinta negra es la prueba de que estamos ante una nueva y poderosa voz en la que si bien resuenan los clásicos (Orwell, Swift…) su visión del mundo es única.

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De su primera novela, La suma de los ceros, se ha dicho:

«Durante tiempos exigentes, algunos escritores nos ofrecen una buena historia: nos divierten con entretenimiento. Otros pocos insisten en que puede haber algo importante que decir, y que puede valer la pena intentar decirlo. Su arte es ficción, pero sus dimensiones son expansivas. Genet, Orwell, Dostoyevsky. Su ingenio se inserta en nuestros músculos, sus resonancias permanecen con nosotros. Rabasa es un escritor del segundo tipo. La suma de los ceros podría ser un lacerante cri de coeur proveniente de nuestra propia calle. Es una novela mexicana de rabia e inspiración, de héroes y villanos, de silenciosa desesperación y vislumbres estremecedores. Y todo ocurre en un barrio que se parece bastante al de cada uno».—Forrest Gander.

«Las comparaciones con 1984 son inevitables (…) Sin embargo, La suma de los ceros está más cerca de Un mundo feliz que de la distopía orwelliana».—Victor Parkas, El País.

«Meticuloso, escrito con un lenguaje duro, [La suma de los ceros] es el retrato de un microcosmos sofocante, donde las jerarquías se encuentran fijadas mediante la ilusión de un progreso social que nunca llegará. Rabasa disecciona con precisión los mecanismos de una democracia falsa, en donde no hay alternancia política posible (…) Un espejo de algunos países latinoamericanos, esta densa novela ofrece una reflexión pertinente sobre las maneras en las que un régimen puede ejercer la violencia hoy en día: menos por la represión llana que por la capacidad de imponer una letargia mortal sobre la gente».—Ariane Singer, Le Monde.

«Villa Miserias es, desde luego, un microcosmos, pero la novela de Rabasa no es la habitual historia que retrata a la sociedad en miniatura. Es una novela enfáticamente política, dispuesta a utilizar la teoría, y no solamente la práctica (…) Es una obra impresionante, particularmente por su aproximación creativa al concepto de “política ficción”, y por las sugerencias sobre lo que la ficción aún puede hacer».—Michael Orthofer, The Complete Review.

«Con tintes tanto de Orwell como de Ballard, esta delirante y minuciosa distopía expone la demagogia y la desigualdad, el individualismo y la falsa democracia implícitos en nuestro modo de vida actual. La suma de los ceros no es sólo una novela magnífica, también es una novela necesaria».—Gary Perry, librería Foyles, Londres.

«¿Cómo puede ser tan ácidamente realista una farsa satírica? ¿Cómo puede tener una disección precisa y teórica de la democracia neoliberal tanto coraje y personajes tan visceralmente reales? ¿Cómo consiguió Eduardo Rabasa convertir el relato personal del quiebre de un individuo en un esbozo anatómico del atolladero político en el que nos encontramos atrapados? ¿Y cómo lo hizo tan gracioso? No respondan estas preguntas: tan sólo lean el libro».—Aaron Bady, The New Inquiry.

«La primera novela de Eduardo Rabasa es mucho más que una inteligente crítica social; contiene algunas de las páginas más literarias, mejor escritas, que he leído en mucho tiempo».—Rebeca García Nieto, Crítico estado.