«Tan valioso como interesante…. Lleno de hechos históricos que han sido silenciados por muchos historiadores…».—Bertrand Russell.
«Este celebrado libro, que ha sido reimpreso una y otra vez desde hace medio siglo, es un relato histórico de las fanáticas sectas milenaristas que se extendieron por Europa entre los siglos XI y XV: sectas que estaban alentadas por la convicción de que el mundo estaba llegando a su fin. Evidentemente, todo esto tiene gran relevancia para nuestro tiempo, porque cuando el mundo termine se producirá la liberación de los elegidos. Vuestros enemigos serán castigados y vosotros seréis salvados. Estas sectas eran extremadamente violentas, y provenían de los más pobres, desfavorecidos y marginales estratos de la sociedad. Se expandieron por el norte de Alemania matando judíos, sacerdotes y burgueses…».—Ian McEwan.
«Ahora podemos comprender los orígenes de las ideologías del siglo XX».—Dr. Wayne Allen.
«Lleno de conocimientos y con un estilo admirablemente vivo... El trabajo del profesor Cohn arroja un rayo de luz sobre rincones inexplorados. Un libro muy estimulante».—Christopher Hill.
«Importante y original... cautivador e imprescindible».—Times Literary Supplement.
La Edad Media vio surgir en sus márgenes una compleja red de herejías y movimientos que intentaban traspasar los límites de la ortodoxia religiosa. Basándose principalmente en las tradiciones judías y en la escatología cristiana (sobre todo en el Apocalipsis de san Juan), e impulsados por su dramática situación material y la decadencia que observaban a su alrededor, estos grupos de hombres y mujeres encontraron en el milenarismo una tabla de salvación desesperada. Pero el milenarismo no fue solo una orientación religiosa. Según sus presupuestos, el reino de los mil años que seguiría al Juicio Final debía ser un paraíso en la Tierra en el que todas las penalidades de los justos se verían recompensadas y en el que todas las diferencias sociales serían abolidas. La perspectiva, al llegar a las capas más desfavorecidas de la sociedad, dio lugar una y otra vez a movimientos revolucionarios que lucharon con armas materiales para crear el reino de Dios en la Tierra: un reino que sería precedido por la eliminación de los malvados y en el que el hombre sería devuelto a su condición primitiva, lo que implicaba la abolición de la propiedad privada y el establecimiento de una sociedad que hoy podríamos identificar claramente como comunista.
En En pos del Milenio —uno de los libros de historia más importantes escritos durante el siglo xx—, Norman Cohn hizo un repaso profundo y riguroso de los movimientos de los pobres durante la Edad Media. En sus páginas encontramos narraciones tan extraordinarias como la de la apoteosis anabaptista en la ciudad de Münster durante 1535 y relatos pormenorizados de fenómenos fascinantes como las «cruzadas de los pobres», las procesiones de flagelantes, las teorías de Joachim de Fiore, los infatigables falsos profetas y mesías, la expansión de movimientos protoanarquistas tan cautivadores como la Hermandad del Libre Espíritu o la lucha de revolucionarios sociales como Thomas Müntzer.
Suso pregunta a la imagen: «¿De dónde vienes?» La imagen contesta: «No vengo de ninguna parte». «Dime, ¿quién eres?», «No soy». «¿Qué deseas?», «No deseo». «¡Esto es un milagro! Dime ¿cómo te llamas?», «Me llaman Violencia Sin Nombre». «¿Qué pretendes?», «Llegar a una libertad sin trabas». «Dime, ¿a qué llamas libertad sin trabas?», «Cuando un hombre vive según todos sus deseos sin distinguir entre Dios y él, y sin mirar ni hacia delante ni hacia atrás...»