El Estigia, buque propiedad de una compañía suiza de seguros, oferta un servicio único en Occidente: un crucero por el Mediterráneo sin posibilidad de regreso al puerto de origen. Un crucero de la muerte. Un viaje para ir al encuentro de la parca sin dolor ni sobresaltos, todo ello en un inmejorable ambiente. En esta novela, que está más cerca de las pinturas de Gutiérrez Solana o de George Grosz que de cualquier otra cosa, Luis Martínez de Mingo desentraña —con maestría y un humor negro envidiable— las cuitas de la vejez y la muerte en esta fantástica época que nos ha tocado vivir.
Con Estigia vuelve el mejor Luis Martínez de Mingo; el mismo espíritu punk y gamberro que nos conquistó con el que es —a nuestro humilde juicio— el libro de cuentos más divertido de la historia: El Estado contra natura (Pepitas, 2008).
[...] El Estigia está en la cúspide de la cadena turboliberal y sus desechos hacen cada año más grande la isla negra del Punto Nemo: un crucero para muertos recalcitrantes, ahí es nada. Llevamos ya tantos años, los pobres viejos, encajando indiferencia, hostias y ninguneo, que llegamos aquí groguis. Aún tiene que exprimirnos el Sistema hasta la última gota para poder matarnos dulcemente. Usted, señor handsome man, solo es el alguacil que tira de las mulillas del arrastre. ¿No lo ha pensado, cínico de los cojones? [...]