Hacia la Primera República
Edición de Francisco Madrid
Traducción del francés de Francisco Madrid
Logroño, febrero 2025
Primera edición
ISBN 978-84-18998-94-2
328 págs., 14.5x21 cms.
Encuadernación: rústica con solapas

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Hacia la Primera República

Impresiones de un viaje por España en tiempos de revolución. Del 26 de octubre de 1868 al 10 de marzo de 1869

Cuatro años antes de la proclamación de la Primera República, en plena efervescencia revolucionaria, Élie Reclus emprende un viaje por España. El etnógrafo anarquista llega al país en un momento en el que las diferentes facciones políticas pugnaban por echar a los Borbones. Se trataba de un movimiento que generó gran expectación en Europa, ya que lo que estaba ocurriendo en España marcaría el devenir de otros países del continente.

El interés de estas crónicas reside sobre todo en que son el relato de unos acontecimientos vividos muy de cerca y que, además, se corresponden con los primeros meses de la Revolución, cuando todo era posible y nadie sabía qué iba a suceder. El hecho de que Élie Reclus fuese amigo personal de notables republicanos, especialmente de Fernando Garrido, le posibilitó contar con información de primera mano y, en cierto modo, privilegiada.
      A pesar del tiempo transcurrido, estas impresiones conservan toda su frescura. A través de ellas, podemos seguir el giro que los acontecimientos van tomando; el de la consolidación de un régimen conservador. La diferencia con el anterior habría que buscarla más en el despertar del movimiento obrero que en el movimiento político mismo, en el que los republicanos, como fuerza revolucionaria, no se mostraron a la altura de los acontecimientos y fueron en todo momento a remolque de cuanto sucedía.

Reclus traza un mapa de la situación de todo el país al tiempo que narra las impresiones de su viaje por España, que le llevará a visitar Barcelona, Girona, Cassà de la Selva, Llagostera, Sant Feliú de Guíxols, Calonge, San Antonio, Palamós, Palafrugell, La Bisbal, Banyoles, Olot, Tortellà, Castellfollit, Figueres, Tarragona, Reus, Valencia, Cádiz, Jerez, Alora, Málaga y Madrid.

[...] Quizá triunfemos antes de librar batalla. Sea como sea, que se sepa bien que si en España la república es difícil, la monarquía es desde este momento imposible. [...]

[... ] Pero he aquí que, sin estar preparada para ello, España se transforma inopinadamente en república. Desde hace un mes vivimos, de hecho, en régimen republicano. Ese régimen se distingue por una libertad mayor que la que se goza en los Estados Unidos y en Suiza, y nunca el país estuvo tan tranquilo como ahora ni fue tan feliz y tan próspero. Puesto que existe ya, la república es posible. Ya que sois conservadores, conservad la república, en vez de infligir a España la humillación de imponerle un rey extranjero que será causa involuntaria de una guerra civil en la que figuraréis como primeras víctimas. [... ]

[...] Los ciudadanos reunidos en Alora eran incapaces de explicarse que se los hubiera convocado nada más que para escuchar unos discursos y luego volver tranquilamente a sus casas. No comprendían el deber de retirarse sin atacar alguna cosa o sin chocar con nadie. A pesar de habérseles recomendado insistentemente que no fueran armados, casi todos llegaron a Alora armados de escopetas. Y no fue cosa fácil convencerlos de que debían dejarlas en la estación. Su propósito era arrancar de la cárcel a los correligionarios que estaban en ella por su devoción a la república. Y no lograban concebir la posibilidad de marcharse otra vez dejándolos entre rejas. No querían creer que siendo ellos varios miles y no habiendo en la población más que diez guardias civiles, quedara sin reparar la injusticia de que eran víctimas sus amigos. De ninguna manera. Y el propósito de asaltar la cárcel y llevarse a los compañeros tomaba mayor firmeza a cada momento. [...]

Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte