[...] Estas dos piezas me han asombrado. Impresionante escritura, mezcla de poesía, inteligencia, rabia y humor. [...].—Isaac Rosa
Ladran los perros: esa es la gran verdad que alumbra la época. Ladran los perros y es tan colosal el ruido, tan apabullante el desconcierto que ya no se distingue el sainete o la tragedia, la gloria o la blasfemia, la misa o la taberna. Se confunden los rostros, los nombres, los sueños… Cabalgan fantasmas, poco más. Y la vida, como la memoria, tan sólo es un Viejo carnaval de sombras. Y por este teatrillo de máscaras desfilan dos corazonadas: Los brazos contra el cielo vuelve del pasado para desenterrar el temblor de los proscritos, para liberar el grito que alma ahogó, para ver lo que los ojos, antes, quisieron evitar. Y Solo queda caer, un disparate irreverente y grotesco que, a punta de carcajadas, clasifica y embalsama burocráticamente los despropósitos de la época.
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Edición de Hiru editorial. Distribución exclusiva a cargo de Les Punxes.