«Sospechosa de espionaje durante la I Guerra Mundial, inmortalizada en un cuadro por Julio Romero de Torres y miembro de la bohemia de Buenos Aires, Madrid y París a principios del siglo XX, la autora nació muchos años antes de que la sociedad pudiera aceptar un alma tan libre como la suya». —Almudena Ávalos, S Moda
«En sus diarios —que ella define como «el espejo de mis sentimientos»— caben poesía, confesión, testimonio, relato y epístola. […] Son también la manifestación de la culpa, del remordimiento, de la tensión constante con el qué dirán. Y el espacio donde la escritora ensaya su coqueteo con el suicidio, que concretará cinco años después de recuperar la libertad». —Alejandra Costamagna
«La razón artística de Wilms Montt se remonta a un instinto de supervivencia que no quiere ser. En estos diarios descubrimos a una artista que transita la vida pensando en la muerte como alguien que la acompañará permanentemente». —Fernando Camacho, Andalucía al Día
«En [estos diarios] descubrimos el punto de vista de la poeta chilena sobre su propia vida, una historia llena de violencia, romanticismo y ansias de libertad». —Fernando Camacho, Andalucía al Día
«Teresa Wilms Montt: la vida triste de la mujer perfecta». —Diario Sur
El poeta Vicente Huidobro definió a Teresa Wilms Montt como «la mujer más grande que ha producido la América. Perfecta de cara, perfecta de cuerpo, perfecta de elegancia, perfecta de educación, perfecta de inteligencia, perfecta de fuerza espiritual, perfecta de gracia». Desafortunadamente, como ha sucedido con tantas otras «mujeres perfectas» a lo largo de la historia, su leyenda —marcada por la tragedia— ha sepultado una obra portentosa y de una sensibilidad admirable que da testimonio de la lucha de una mujer independiente, adelantada a su tiempo y ansiosa por encontrar su lugar en el mundo.
En estos Diarios íntimos, que reúnen pensamientos, confesiones, testimonios, poemas, relatos o cartas escritos en un estilo insólito para su época, la escritora chilena Teresa Wilms Montt reflexiona largamente sobre el amor y la pasión, la familia, la literatura, Dios, la locura o la soledad, y desnuda el alma de una mujer que, a la pregunta de la escritora Sara Hübner sobre quién hubiera querido ser, respondió: «Lo que soy. De cualquier otro modo me habría aburrido más».
«Este es mi diario.
En sus páginas se esponja la ancha flor de la muerte diluyéndose en savia ultraterrena y abre el loto del amor, con la magia de una extraña pupila clara frente a los horizontes. Es mi diario. Soy yo desconcertantemente desnuda, rebelde contra todo lo establecido, grande entre lo pequeño, pequeña ante el infinito…
Soy yo…».