«En El vendedor de naranjas no se trató de una elección. En realidad, el ambiente del cine de aquella época no tenía más aspecto que ese, el cutre. El otro, el que podía ser un poco más esplendoroso, la verdad es que yo no lo conocí, pero creo que de haberlo conocido, sería igual de cutre que este».—Fernando Fernán Gómez
«Historia kafkiana, desde luego, con su personaje luchando por un objetivo que nunca conseguirá, pero también jardieliana por la brillantez de situaciones y réplicas, y fernandezflorecesca por su adscripción a un humor costumbrista que emplea la chanza para reconstruir sobre el papel una sociedad en la que la picaresca y la ternura van de la mano sin mayor contradicción que una profunda desesperanza».—Aguilar y Cabrerizo (en el epílogo a la presente edición)
El vendedor de naranjas, primera novela de Fernando Fernán Gómez, escrita cuando ya era un actor y director popular, es una comedia irónica y emotiva de mimbres autobiográficos, una narración plagada de momentos brillantes que nos muestra los avatares —chanchullos, sinsabores, estafas y golferías varias— de la producción cinematográfica española. Es, a mayores, una luminosa muestra del ambiente y de las condiciones de vida de quienes trabajaban en la —todavía en pañales en los años cincuenta— industria del celuloide de nuestro país, apoyada en la leyenda de que los productores de cine español de la época eran empresarios valencianos de la naranja.
La presente edición cuenta, además, con un magnífico epílogo de los simpares Aguilar y Cabrerizo: «El vendedor de naranjas y otros relatos de cine y picaresca (y perdón por la redundancia)».