«Cómico y trágico, tierno y feroz, Emilio Gancedo nos adentra en las calles y callejuelas de este Barrio húmedo y nos ofrece un retrato fascinante de una ciudad y sus habitantes».—Elvira Valgañón
«Como las personas, las ciudades también tienen un corazón y este está en sus cascos viejos, llámense como se llamen y tengan el grado de conservación y vitalidad que tengan. En este libro, Emilio Gancedo escucha los latidos de uno de ellos y los interpreta literariamente sabiendo que todos los cascos antiguos del mundo laten al mismo ritmo: son esos corazones viejos que se desgastan como los nuestros pero que hasta el último momento conservan la memoria de cada uno de sus vecinos».—Julio Llamazares
Las zonas de fiesta de las pequeñas y grandes ciudades ibéricas, las tabernas donde se trasiegan vinos y tapas, las viejas calles consagradas a la celebración y al encuentro desde hace décadas, siglos, milenios en ciertos casos. El cogollo de callejas y plazuelas pisadas por una generación tras otra con todo su cortejo de anhelos, angustias, desvelos y pasiones confesadas o inconfesables. Los barrios que parecen dispensar una especie de licencia oculta a quienes deciden internarse en ellos. ¿Cuántas cosas no habrán sucedido en esos lugares fascinantes que parecen atraer todo lo bueno y todo lo malo de una sociedad? ¿Cuántas historias no se habrán desplegado en ellos, historias nocturnas, historias insólitas, historias de vino, amistad, amor o violencia, historias en las que anida buena parte de las noblezas y de las indigencias del ser humano?
En este libro —Barrio húmedo— el protagonista no es un personaje sino todo un barrio, un casco antiguo que podría ser el centro histórico de casi cualquier ciudad. Una suma de historias tabernarias, ambientadas en épocas dispares, que revela cómo hombres y mujeres no han cambiado demasiado con el correr del tiempo y también que hay lugares donde la vida, de repente, se intensifica con una potencia, una crudeza y un fulgor asombrosos.
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Se ha dicho:
«Estamos ante un escritor diferente, un escritor con voz propia y con una mirada enormemente peculiar sobre el mundo que le rodea».— Luis Mateo Díez.
«Emilio Gancedo es una especie de Baroja del siglo XXI, un autor que trabaja sobre el ADN de la tradición, la cultura y la lengua de nuestro país».— Antonio Gárate, La Hora Cultural, TVE.
«Historias de amores y odios, de cercanías y violencias, de vinos y tabernas, de ricos y pobres, de épocas de miseria y de contrastes de privilegios. En el fondo, historias humanas narradas con la fuerza y con las sugerentes imágenes del buen hacer literario de Emilio Gancedo».— Ignacio Helguero, La Estación Azul, Radio Nacional de España.
«Un libro intenso, reposado, delicioso. De una prosa rotunda y generosa por su riqueza y su pulcritud».— Alfonso García, Diario de León.
«Y por si las historias de Barrio húmedo no fueran suficientemente poderosas, por si no fuera bastante con verlas crecer una a una a lo largo de doce, quince páginas, por si al lector le pillara perezoso, el escritor va esparciendo un lenguaje adaptado incluso al momento en el que uno imagina cada historia. Se agradece tener que volver a rebuscar en el diccionario, volver a pensar en el poder de la palabra entre tanta mediocridad de consumo rápido».— Rubén Santamarta, La Voz de Galicia.
«En esta obra, Gancedo cambia el registro aunque no abandona sus viejos hábitos, los mejores: el estilo pulido, la retranca y esa mirada entre lúcida y nostálgica con la que consigue que adoremos a cualquiera de sus personajes, incluso los más descarriados».— Javier Menéndez Llamazares, El Diario Montañés.
«En Barrio húmedo, Gancedo levanta momentos magníficos en los que los giros narrativos interrogan directamente al lector sobre sus creencias o sobre su propia experiencia, pero también cuestionan muchas de las normas de convivencia social que nos hemos venido dando a nosotros mismos».— Pedro Ojeda, La Acequia .
«Con un tono que está a mitad de camino entre la sátira, la crítica social y el relato doméstico, Gancedo da vida a personajes verdaderamente inolvidables cuyo hilo en común es la rebelión contra la realidad que les ha tocado vivir. Toda una exploración de la naturaleza humana con la taberna como punto de encuentro donde se gestan las historias. Con este libro, Emilio Gancedo ha redefinido el relato tradicional gracias, en parte, a un gran trabajo sobre el humor».— Tes Nehuén, Bestialectora.
«Emilio Gancedo ha escrito un libro de relatos para reivindicar los bares y las tabernas: esos templos de la palabra, absolutamente vitales a lo largo de la historia, en los que, como él bien dice, nos han pasado cosas gloriosas y también cosas terribles».— Alberto de Frutos, Turismo Rural.
«Un realismo exacto, ajustado a cada periodo, con tendencia a lo fantasioso, enaltece o rebaja, clava en sus momentos decisivos vidas comunes, no por derrotadas menos irrepetibles, que forman parte de una larga, muy larga cadena de bebedores».— Fermín Herrero, El Norte de Castilla.
«Sabe llegar al esperpento, y de los diversos relatos surgen, en ocasiones, imágenes fascinantes. El estilo es preciso aunque evanescente, con un vocabulario rico sin ser pretencioso, ajustado y amplio en su castellano. Los narradores leoneses, Llamazares, Merino o Luis Mateo Díez saben, como Gancedo, crear desde la palabra mundos de potente duermevela».— César Prieto, Efe Eme.
«El gozo de descubrir pausadamente estas historias se parece mucho al que uno experimenta cuando toma un vino en la barra de cualquier tasca del Húmedo mientras la noche va dando comienzo. Las expectativas que se generan ante cada página son idénticas a las que despiertan esas horas que aún tendrán que cumplirse cuando la ciudad duerma y nosotros, vigilantes y osados, tengamos la oportunidad de adentrarnos en sus pliegues más recónditos, en sus penumbras más inconfesables».— Miguel Barrero, Zenda Libros.