Más vivos que nunca
Logroño, septiembre 2025
Primera edición
ISBN 978-84-10476-34-9
144 págs., 14.5x21 cms.
Encuadernación: rústica con solapas

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Más vivos que nunca

Diario de las barricadas

A más de medio siglo de distancia, es fácil perder los puntos de referencia necesarios para pensar Mayo del 68. La lejanía facilita que las visiones estereotipadas se abran camino, se afiancen y triunfen. Pierre Peuchmaurd tenía diecinueve años cuando estalló Mayo del 68, y a pesar de haber abandonado meses antes la universidad, rápidamente se integró en el Movimiento 22 de Marzo desde una posición cercana a los enragés. Así, Peuchmaurd participó en los debates de la Sorbona, estuvo en las barricadas de la rue Gay-Lussac, en la concentración del Campo de Marte, en el estadio Charléty, en la Renault… Y durante todo aquel periplo extraordinario llevó un diario detallado de lo que ocurría a su alrededor.
      Así nació Más vivos que nunca, diario de las barricadas. Ni memorias de antiguo combatiente ni ejercicio de perspicacia interpretativa, sino auténtico cuaderno de bitácora de las «jornadas de mayo», contadas con toda la pasión que aquellos intensos días demandaban. Escrito desde el mismo corazón de Mayo del 68, se trata de un documento único, vibrante, lleno de inmediatez y corporeidad, que en ocasiones parece agitarse entre las manos del lector como un adoquín a punto de ser lanzado.

[...] Simplemente, entre dos adoquines que pasan de una mano a otra, en el torbellino de nuestro sudor, comprendemos que lo que hacemos es serio, que esta noche no tiene igual, que no habíamos vivido en verdad hasta ahora, que tenemos el sueño entre nuestros dedos: es cúbico y gris, rojo y negro, tiene el peso necesario, es realidad. Y es cierto que esta noche hemos rehecho la Comuna. [...]

[...] Una ciudad paralizada está más viva que nunca. Porque lo que está paralizado es precisamente lo que en el tiempo ordinario la paraliza. El metro ahoga, no hay más metro; la universidad moldea, no hay más universidad; la fábrica machaca, no hay más fábricas, multitud de oficinas vuelven al polvo. París respira y sus bronquios se lo agradecen. Hasta la forma de caminar de la gente es diferente, se diría que más ligera. Al tiempo que aprenden de nuevo a hablar, aprenden otra vez a caminar. Se parte de cero una vez más. [...]

[...] Bueno. ¿Y qué hacemos nosotros en todo esto? Nosotros los marginados de antes de mayo. Bien, nosotros nos hemos encontrado. Encontrado entre nosotros, en primer lugar, que ya es algo. Y encontrado también en nosotros, lo que es todavía más importante. Que nada sea como antes. Parece un poco idiota decir este tipo de cosas, pero son ciertas. Y no se puede imaginar hasta qué profundidad llegan. No lo aguantamos más. Algo ha pasado que se llama, estúpidamente, la esperanza, o quizá la certidumbre, y que ha hecho que seamos otros. Una cosa de este tipo cambia de arriba abajo. Cambia el color de las calles, del cielo, de los ojos de la muchacha que amáis. Eso cambia el amor, el tiempo que hace o que no hace, la hora que es. [...]