«El vaivén es una pequeña joya entre lo legendario y lo insólito, sembrada de detalles y narrada con una voz originalísima que parece asomarse al mundo por primera vez».—Julia Viejo
Vaivén, dice el diccionario, es el movimiento de un cuerpo que después de recorrer una línea vuelve a recorrerla en sentido contrario. Es decir, que va y viene.
Las protagonistas de esta novela son las mujeres de la familia Quiñones que, a lo largo de varias generaciones, han intentado vengar una parte de su pasado. Lo intentaron mientras vivían y lo intentan, de alguna manera, estando muertas. ¿Por qué quieren vengarse? ¿De quién? ¿Cuánto tiempo puede tardar en cumplirse una venganza?
El vaivén, novela coral con ecos del realismo mágico y del humor surruralista de Cuerda, es una historia con secretos familiares, un jacarandá, luces premonitorias, un grillo doméstico, gente que desaparece y gente que se aparece. Pero, sobre todo, es la historia de una familia poblada de personajes inolvidables (desde Teresa, que fue «invadida» por su bisabuela Flora, hasta la pequeña Claudia) y de una casa familiar que «de tanto en tanto, se tambaleaba y cambiaba las cosas de sitio».
Decía Tolstói que todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera. La de los Quiñones, desde luego, no se parece a ninguna.
«Claudia acababa de cumplir seis años el día en el que se dio cuenta de que las cosas que de noche veía sucedían también en el mundo real. Era todavía pequeña para entender que eran sus antepasadas las que, desde el otro mundo, se metían por debajo de su puerta por las noches».