Bernardo Sánchez Salas (Logroño, 1961) es autor, entre otros escritos, de Rafael Azcona. Otra vuelta en El cochecito (1991), Del cinematógrafo al cinemascope (1991) y 100 años luz. El tiempo del cinematógrafo en La Rioja (1995). Asimismo, ha publicado el conjunto de relatos Sombras Saavedra (2001), la novela La semana de Kamamuri (2009), el estudio Rafael Azcona. Hablar el guion (2006) y el ensayo El cine del vino (2006).
Entre 1952 y 1958, es decir en el periodo que transcurre entre su marcha de Logroño y sus comienzos como trabajador de la industria cinematográfica, Rafael Azcona colaboró en diversas y variopintas publicaciones, pero lo hizo principalmente en La Codorniz, de cuyo equipo de redacción llegó a formar parte durante un tiempo.
Tuvimos la inmensa fortuna de que Rafael Azcona naciera en un pueblo llamado Logroño en 1926, y desde entonces y hasta su fallecimiento en Madrid en el año 2008, no dejó de darnos alegrías.
«Mi laboratorio es el laboratorio viviente que existe desde hace milenios». Biruté M. F. Galdikas es profesora de la Universidad Simon Fraser, en Burnaby, Columbia Británica (Canadá), y de Universitas Nasional en Yakarta (Indonesia). Tiene el doctorado en Antropología por la ucla y preside la Orangutan Foundation International (OFI), en Los Ángeles, California. Divide su tiempo entre Borneo, Vancouver y Los Ángeles.
«Se trata de un libro inolvidable, obra de una mujer asombrosa. La poesía de su prosa, entreverada con meticulosas observaciones científicas, nos transporta al universo primigenio del bosque tropical indonesio en busca del escurridizo orangután. Aprendemos a compartir el amor de Biruté por estos simios pelirrojos tan curiosamente solitarios, y sufrimos con ella al ver cómo la codicia humana destruye poco a poco y sin remisión su hogar ancestral en la selva. Y también descubrimos cómo el sistema de valores del pueblo aborigen al que ha acabado por amar puede impregnar poco a poco la mente occidental. Si lee Reflejos del Edén, se verá transportado a otro mundo. Y no lo olvidará». —Jane Goodall, autora de En la senda del hombre
«Una historia fascinante narrada por una mujer extraordinaria, Reflejos del Edén celebra la dedicación a uno de los proyectos científicos más importantes del siglo. De lectura obligada para los amantes de los animales y del mundo natural». —Elizabeth Marshall Thomas, autora de La vida oculta de los perros
«Cautivador [...]. Gracias a su labor y a la de otros que se adhirieron a ella, hoy entendemos mucho más sobre estos animales. Su descripción, bellamente narrada, muestra el placer y el valor de establecer contactos con otra especie». —The New Yorker
«Fascinante… una obra de una importancia trascendental». —Norman Lear
En Reflejos del Edén, Biruté Galdikas nos desvela los primeros veinte años de su vida entre los orangutanes de Borneo. Quien fuera el «tercer ángel» de Louis Leakey se acercó a estos escurridizos simios pelirrojos como nadie lo había hecho hasta entonces. Los estudió y los protegió, dos tareas con las que sigue comprometida en la actualidad, más de cuarenta años después de su llegada a la región sur de Kalimantan.
Reseña del libro de Lewis Mumford La ciudad en la historia por Anatxu Zabalbeascoa, extraído del suplemento de ElPaís, «Babelia».
Esta novela, ambientada en una gran ciudad de Egipto en la primera mitad del siglo xx, tiene como punto de partida el asesinato de una jovencísima prostituta. Pero la consiguiente investigación policial no sigue los derroteros de la novela negra sino que se convierte en una exposición de filosofía práctica, mediante la cual Albert Cossery nos lleva de la mano a otro mundo —mental y geográfico— y nos sumerge en las andanzas de sus personajes habituales: putas, filósofos, mendigos, policías, traficantes… todos ellos pintorescos y ejemplares, y por lo tanto memorables.
Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos.